LA HISTORIA EN SI...

I don't need to fight
To prove I'm right
I don't need to be forgiven

El final de una historia siempre nos hace presuponer que algo se acaba. Al menos eso nos ha enseñado la literatura, el cine, las series, un buen disco…aunque siempre hay excepciones. Esta aventura va a ser una de esas excepciones en las que el final se convierte en el principio de algo. Pero, el principio ¿de qué?

Vayamos por pasos antes de llegar al principio…porque como decía Goethe “la vida no es hacer lo que nos gusta, si no hacer que lo que hacemos nos guste”…

No fue como había preparado, pero sí como había soñado esta aventura en la caverna de Eolo. Después de más de medio año de preparación, esfuerzo y dedicación  tuve que asumir dos semanas antes que la preparación no había sido la correcta y que los avisos me había dado el cuerpo no eran señales baldías sino advertencias serias de que algo no iba bien. Detrás quedaban muchas horas de sacrificio, abnegación e ilusión.

Sin embargo siempre hay que aprender de las situaciones adversas, y gracias a los buenos y sabios consejos de Monty y el apoyo incondicional de Rafa me di cuenta que estaba ante el mayor reto de mi carrera deportiva, ante una oportunidad única de disfrutar y vivir una experiencia única e irrepetible….ser finisher en una prueba de larga distancia de triatlón por primera vez!!!


Así fue como me planteé la prueba, como una manera diferente de competir en una competición desconocida para mí pero en unas condiciones físicas que me permitían centrarme en disfrutar de la prueba sabiendo que iba a acabar sin problemas sin pensar en cronos ni retos. Simplemente vivir una experiencia nueva.

 Así estuve durante  12 horas y 27 minutos de mi vida. Atrás quedaban las pretensiones iniciales de hacer once horas, top 300, hacer una gran competición…como cambian las cosas…y qué feliz fui.

Me quedo con lo vivido y con poder contarlo. Me quedo con los buenos momentos y lo aprendido de los malos. Me quedo con los amigos y olvido lo que dejé en el camino. Me quedo con las lágrimas tras cuzar la línea de meta y la sensación de paz conmigo mismo. Me quedo con que por fin…soy finisher…, pero sobretodo me quedo...con cada minuto de todo el camino recorrido...

¿Qué que me queda ahora? Me queda por contar la carrera pero…¿qué importa eso ahora?…en otro momento...

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